ĀæPodrĆ” Heteroclito Giancarli cambiar el mundo?
Un artĆculo leĆdo en la celebración y simposio del 85 cumpleaƱos de Roger Covell en la Universidad de Nueva Gales del Sur el 5 de marzo de 2016
Ā© John Griffiths 2012
Las personas con nombres inusuales a menudo resultan ser clientes inusuales. En la pelĆcula de 2008 āEl curioso caso de Benjamin Buttonā, el protagonista ficticio de nombre insólito resultó ser una figura escurridiza que entra en este mundo como un anciano reciĆ©n nacido y que retrocede, poco a poco, de la vejez a la infancia. Es un espejismo traĆdo a la realidad consciente por la magia cinematogrĆ”fica y cuya historia busca cambiar el curso de la historia al revertir nuestra comprensión del ciclo de vida humano. Benjamin Button era un inconformista.
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Entonces, si Benjamin Button no era mĆ”s que un inconformista, ĀæquiĆ©n es Heteroclito Giancarli? ĀæPor quĆ© me interesa? ĀæPor quĆ© sugiero que Ć©l podrĆa ser capaz de cambiar el mundo? AdemĆ”s, Āæpor quĆ© querrĆa decĆrtelo y por quĆ© querrĆa convertirlo en el tema de mi homenaje a mi querido amigo Roger Covell en una ocasión tan festiva?
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Nombre inusual? SĆ, Heteroclito Giancarli no es un nombre ordinario. Es poco probable que sea el hijo de su calderero, sastre o comerciante de pasta local. Muy al contrario, nuestro Heteroclito fue un patricio veneciano, cantor aficionado que se acompaƱaba con el laĆŗd, y autor de una colección de āCompositione musicaliā publicada en 1602 cuando ya estaba en los aƱos dorados de la Edad Media tardĆa. Les interesarĆ” saber, todos ustedes cuyo griego antiguo ha caĆdo en desuso, que Heteroclito era en verdad un inconformista. Su nombre deriva de āheterosā (āotroā o ādiferenteā) y āklinoā (āinclinarseā o āinclinarseā) y significa āuna persona que se inclina hacia el otro lado, que no es convencionalā, en resumen, un inconformista Hasta el momento, no sĆ© mucho sobre Signore Giancarli, solo que era un cantante aficionado, estaba bien conectado en Venecia, que era un discĆpulo confeso del cantautor de mediados de siglo Hippolito Tromboncino, y que su "Compositione musicali" es la fuente impresa italiana mĆ”s antigua de canciones originales para laĆŗd. (Hay muchas fuentes anteriores de canciones italianas para laĆŗd, pero todas son, sin excepción, arreglos de polifonĆa vocal, no canciones solistas con acompaƱamientos de laĆŗd creados de forma independiente). Heteroclito no publicó estas canciones por ambición o vanidad, sino en respuesta a la sĆŗplica de sus amigos. Deja claro que no se trataba de canciones nuevas, sino probablemente de canciones que habĆa compuesto durante los veinte o treinta aƱos anteriores.
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Entonces, Āæcómo puede Heteroclito Giancarli cambiar el mundo? Ha estado muerto durante cuatrocientos aƱos. En cualquier caso, no es posible cambiar el mundo sin algo asĆ como una teorĆa del big bang. ā ĀæTenemos uno?⦠QuizĆ”s⦠A ver.
Lo que parece que tenemos es una excepción a la sabidurĆa convencional. Parece que tenemos al menos otro compositor (quizĆ”s dos, Domenico Maria Melii es el siguiente en mi agenda) que publicó libros de monodias en el mismo aƱo que la obra histórica de Giulio Caccini, āLe nuove musicheā.
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Esto podrĆa darnos suficiente munición para que un big bang descoloque los pilares que soportan uno de los momentos significativos en la historia de la mĆŗsica occidental: el nacimiento de la ópera.
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ĀæQuĆ© se podrĆa lograr?ā¦
⢠_cc781905-5cde-3194-bb3b -136bad5cf58d_PodrĆamos inquietar a Giulio Caccini como el patriarca de la monodia moderna...
⢠_cc781905-5cde-3194-bb3b -136bad5cf58d_PodrĆamos desestabilizar a Florencia como el lugar de nacimiento de la ópera... (Warren Kirkendale intentó durante aƱos promover a Roma como una contracapital, pero ahora tambiĆ©n existe la posibilidad de Venecia).
⢠_cc781905-5cde-3194-bb3b -136bad5cf58d_PodrĆamos desbancar a la llamada camerata florentina de Giovanni Bardi como el laboratorio que creó la ópera a partir de un pequeƱo trozo de arcilla...
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Las canciones de Giancarli son en muchos aspectos similares a las de Caccini pero su linaje es diferente y nos permiten proponer una alternativa mĆ”s realista a la teorĆa que todos hemos tragado durante el siglo pasado: que el estilo monódico (y por lo tanto la ópera) fue inventado en los Laboratorios Bardi en Florencia por los cientĆficos experimentales Mei, Galilei y Peri a quienes se les encargó jugar con algunas ideas de la tragedia griega clĆ”sica hasta que dieron con algo que Monteverdi poco despuĆ©s podrĆa etiquetar como āseconda pratticaā.
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Mis investigaciones en esta Ć”rea āsiete estudios publicados en los Ćŗltimos quince aƱosā ahora han transformado mi enfoque. Lo que inicialmente era un estudio de historia de la mĆŗsica se ha convertido en un ejercicio de historiografĆa. Mis preguntas principales se refieren a la forma en que cambian los estilos musicales y cómo construimos la historia. En este Ćŗltimo punto, todos sabemos que nuestros antepasados musicólogos se inspiraron en los historiadores del arte. La historia de la mĆŗsica fue concebida como la historia del estilo musical. La historia de la mĆŗsica se creó reuniendo la totalidad de la mĆŗsica occidental conocida, alineando las obras en orden cronológico y creando una narrativa basada en la evolución de su lenguaje musical.
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Ahora, Āæes esto historia de la mĆŗsica? La sola idea probablemente harĆa que muchos de ustedes, los historiadores de la mĆŗsica en la sala, se estremecieran. ĀæCómo podrĆa ser esto historia real de la mĆŗsica? ĀæPor quĆ© sigue siendo la narrativa dominante en los cursos universitarios de historia de la mĆŗsica? Hoy en dĆa, estamos mucho mĆ”s interesados en la mĆŗsica como parte de la vida, vemos la mĆŗsica como un canal clave del esfuerzo humano, fomentamos la apreciación interdisciplinaria y estamos mucho mĆ”s preocupados por su creación, su interpretación, su percepción, su consumo. etc, etc⦠y no simplemente como una serie de obras de arte, todas seguidas.
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ĀæPor quĆ© hay una brecha entre lo que creemos y lo que enseƱamos? Usando las lentes de hoy, es mucho mĆ”s fĆ”cil escribir sobre la microhistoria āenfocada en una pequeƱa ventana de tiempo o lugarā que escribir sobre la macrohistoria, o cualquier cosa que se acerque a la "gran historia", ya sea que se refiera a un siglo o un milenio. . Tenemos que perder demasiados detalles, la textura humana, por el bien de la visión general. Es la tensión entre estas dimensiones macro y micro lo que nos resulta difĆcil de reconciliar.
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Mi segunda preocupación es que la historiografĆa basada en fuentes niega tener en cuenta cualquier otra mĆŗsica que no sobreviva en forma escrita. Las historias interdisciplinarias modernas de la mĆŗsica deben poder considerar las otras formas de mĆŗsica no escritas que sonaron junto con los repertorios escritos. Es necesario que suceda para lograr una imagen completa y realista de la mĆŗsica en la cultura humana.
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Entonces, si Heteroclito Giancarli va a cambiar el mundo, asĆ ayudarĆ” a hacerlo. No serĆ” simplemente lo que sucedió entre Ć©l y algunos otros compinches en Venecia alrededor de 1600. Es mucho mĆ”s amplio. Mi investigación ha revelado una prĆ”ctica generalizada de cantar con laĆŗd a lo largo del siglo XVI que estĆ” en gran parte ausente de la visión contemporĆ”nea del renacimiento polifónico. Postulo que habĆa una cultura cortesana y urbana de canto solista que posiblemente era tan audible y significativa como el repertorio vocal polifónico superviviente. La mĆŗsica rara vez se escribió, pero estĆ” implĆcita en varias formas de evidencia, a menudo circunstancial o incompleta. Es lo que falta en el fondo lo que da sentido a lo que vendrĆa despuĆ©s. Es lo que falta para dar sentido al trasfondo del que surgió la ópera.
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Lo que he estado haciendo en mis estudios es conectar varios conjuntos de puntos con la esperanza de que eventualmente todos tengan sentido juntos. Comienzan con cantantes laudistas de finales del siglo XV como Pietrobono detto il Chitarrino. A continuación estĆ”n los humanistas del mismo perĆodo. La ópera posiblemente comienza en ese entonces con Poliziano. Considere a su colega Marsilio Ficino, por ejemplo, quien se acompaƱaba en su āliraā todos los dĆas para improvisar versos latinos en mĆ©trica clĆ”sica. Un poco mĆ”s adelante tenemos testimonios espaƱoles āvihuelistas de las dĆ©cadas de 1530 y 1540ā cuyas canciones āoriginalesā son las mĆ”s antiguas que se conservan en Europa. Al mismo tiempo, los cantautores italianos perfeccionaron una forma de adaptar los madrigales al laĆŗd, visto por primera vez en 1536. Los madrigales de Arcadelt parecen ser los mĆ”s adecuados. Estas canciones y este estilo parecen haber permanecido de moda durante mĆ”s de medio siglo, como lo demuestran los retratos de laudistas de Caravaggio en la dĆ©cada de 1590. Uno de los cantantes que fue un maestro de este estilo fue el mercenario Giulio Cesare Brancaccio. Otro fue Hippolito Tromboncino, activo en las dĆ©cadas centrales del siglo. Algunas de sus canciones se conservaron en el cancionero de la dĆ©cada de 1570 de otro cantautor profesional, Cosimo Bottegari. Tromboncino pasó su arte a Heteroclito Giancarli, quien lo conservó hasta 1602, por lo menos. Ā”Sorpresa sorpresa! La mĆŗsica que nos llega por este camino no se diferencia mucho en sonido y estilo de los nuevos monodios de Caccini y Peri. Te hace preguntarte de quĆ© se trata todo este alboroto, en realidad. Pero si todo lo que habĆas escuchado era Palestrina, Byrd y algunos madrigalistas, entonces muy probablemente podrĆas creer que una revolución estaba en marcha cuando no la habĆa en absoluto.
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Después de todo, los cambios en el estilo musical ocurren como un proceso de transformación gradual; rara vez por reacción o como producto de un ataque frontal completo.